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Dra. María Giuffrida

Hipoglicemia y ataques de pánico

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Hipoglicemia y ataques de pánico

La hipoglicemia es una condición metabólica en la cual los niveles de azúcar disminuyen por debajo del límite normal establecido (<70mg). Se caracteriza por síntomas de mareos, hambre, confusión, temblores, cefaleas, dificultad para hablar, sensación de ansiedad o debilidad, entre otros síntomas. Las causas de las hipoglicemias en las personas no diabéticas puede deberse a medicamentos, enfermedades,  problemas hormonales (exceso relativo de insulina o falta de sensibilidad o respuesta de la insulina), enzimáticos y tumores.

La hipoglicemia no se trata de una enfermedad, aunque si no es debidamente controlada, puede predisponer al individuo a padecer enfermedades crónicas como la diabetes, migrañas, las úlceras, la artritis o las alergias.

Metabolismo del azúcar. Origen de la hipoglicemia

Los alimentos ingeridos llegan a nuestro sistema digestivo quien convierte estos alimentos que contienen carbohidratos en glucosa. Y esta glucosa es la que proporciona la energía para que nuestro organismo funcione.

Una vez ocurre la digestión. Nuestro organismo va incorporando de forma progresiva los nutrientes (glucosa, y además aminoácidos y minerales) a nuestra sangre.  Esta incorporación hace que el páncreas segregue insulina. Esta hormona (que regula los niveles de azúcar en la sangre), tiene como función contribuir a la incorporación de la glucosa en el interior de la célula. Y los niveles de glucosa entre 70 y 110mg/dl, son los adecuados para que el organismo funcione adecuadamente.

Hipoglicemia reactiva

La hipoglicemia reactiva o hipoglicemia post pandrial, se refiere al nivel de azúcar bajo en sangre que se produce después del consumo de comidas copiosas con elevado contenido de hidratos de carbono, generalmente después de las 4 horas después de comer. La hipoglucemia reactiva posiblemente sea la causa más frecuente de hipoglucemia en personas sin diabetes. Suele coincidir también con niveles elevados de insulina varias horas después de la comida, cuando ésta debería estar en concentraciones normales.

Los síntomas de la hipoglucemia reactiva están divididos en dos grandes grupos. Los síntomas neuroglicopénicos, causados cuando el cerebro no recibe suficiente cantidad de glucosa; y los síntomas neurogénicos, que se manifiestan cuando las glándulas suprarrenales producen adrenalina y noradrenalina, con el fin de volver a subir los niveles de glucosa de la sangre.

Síntomas neuroglucopénicos:

Se caracterizan por sensaciones y signos de debilidad, llanto, angustia, visión borrosa, confusión, fatiga, irritabilidad, pánico, nerviosismo, falta de concentración, incoordinación, depresión.

Síntomas neurogénicos:

Se manifiesta en el individuo con sudor, sofoco, taquicardia, mareos, nausea, temblores, vértigo, sensación de pánico y miedo, ansiedad, dolores de cabeza, espasmos intestinales, ahogo, sensación de hormigueo.

Estos síntomas suelen ser episódicos, y se relacionan con el tiempo transcurrido y el contenido de la comida previa. Normalmente, mejoran al comer. Tienen su razón de ser: en circunstancias normales la glucosa de la sangre se mantiene dentro de un margen de variación bastante estrecho controlado por diferentes hormonas, las cuales responden rápidamente al menor cambio. Con la ingesta y metabolismo de carbohidratos (verduras, ensaladas, cereales…), los niveles de glucosa en la sangre aumentan de forma constante, activando la producción de una cantidad moderada de insulina. Ésta disminuye paulatinamente los niveles de glucosa transportándola, por un lado, a las células, y, por otro, enviándola al hígado y los músculos para ser almacenada.

Sin embargo, cuando se consumen azúcares (azúcar de mesa, miel, fructosa etc.) o carbohidratos refinados (harinas refinadas como pan blanco, pasta, bollería, etc.) en altas concentraciones, los niveles de glucosa aumentan desproporcionadamente. Esto hace que el páncreas segregue una fuerte cantidad de insulina, lo cual provoca una retirada de glucosa demasiado brusca: en otras palabras, aparece la hipoglucemia reactiva con sus correspondientes síntomas neuroglucopénicos.

Síntomas generales de la hipoglicemia reactiva

Los síntomas frecuentes de hipoglicemia reactiva son: Visión borrosa, dolores de cabeza o migrañas, somnolencia, poco nivel de concentración, sensación de pánico y miedo, falta de coordinación, hiperactividad, ansiedad generalizada, dolor en el pecho, estado de ánimo bajo, palpitaciones, irritabilidad, sensación de temblor interno, acidez de estómago, alergias, fumar en exceso, antojos de ciertas comidas, tensión premenstrual, falta de libido, pies y manos frías, entumecimiento u hormigueo en las extremidades, musculatura y articulaciones rígidas.

Regulación del sistema nervioso

El hipotálamo cuando siente este bajón de glucosa, activa el Sistema Nervioso Autónomo, a través del cual se segregan catecolaminas (adrenalina y noradrenalina, principalmente). Estas hormonas estimulan la salida del glucógeno almacenado, lo cual produce un aumento de los niveles de glucosa. Esta producción de catecolaminas es la causante de los síntomas neurogénicos.

Con los años, si permanece el hábito de ingerir azúcares y carbohidratos refinados, el organismo se condiciona a producir más y más insulina, y también más catecolaminas. Induciendo, un agotamiento tanto del páncreas como de las suprarrenales, llegando, también, a afectar la forma en que el cuerpo se enfrenta a cualquier otra situación de estrés. Esto explica porque un paciente que sufre de hipoglucemia reactiva se siente también estresado y ansioso, e incluso pueda ser víctima de un mal diagnóstico basado únicamente en su estado emocional.

No solamente el azúcar y los carbohidratos refinados son los responsables del desarrollo de la hipoglucemia reactiva, también los cigarrillos y el café pueden producir o empeorar este desequilibrio. Estas sustancias activan directamente las glándulas suprarrenales para producir catecolaminas, las cuales, activan la salida del glucógeno y, por lo tanto, el aumento de glucosa. Para contrarrestar, el páncreas libera insulina y como resultado aparece el «bajón» de glucosa en la sangre. Por otro lado, el alcohol inhibe la movilización de las reservas de glucosa del hígado causando una severa hipoglucemia.

Incidencia

Las personas bajo régimen, las nerviosas son las más propensas a sufrir hipoglicemia reactiva.

En la mayoría de los estudios ha evidenciado que existe un número mayor de mujeres que de hombres sufriendo de este desequilibrio. Por una parte, el sistema endocrino de la mujer es mucho más complejo, por lo cual, son más dadas a sufrir desequilibrios del sistema hormonal. Las féminas suelen presentar más síntomas neurgénicos y neuroglucopénicos que los hombres. 

Durante el Síndrome Premenstrual, hay una excesiva cantidad de estrógenos y niveles bajos de progesterona, por lo que se presentan algunos de estos síntomas también.  Esto es debido a que ambas hormonas controlan los niveles de glucosa, por lo que cualquier desequilibrio entre ellas puede fácilmente producir hipoglucemia reactiva.

Por otro lado, más mujeres que hombres tienden a seguir dietas estrictas para perder peso. Estas dietas pueden tener un efecto muy importante en el desarrollo de la hipoglucemia reactiva: por un lado, el no comer regularmente; o, por el contrario, no consumir suficiente proteína puede provocar este desequilibrio; por otro, una dieta insuficiente puede favorecer la falta de nutrientes esenciales para el control de la glucosa, como son el zinc, cromo, magnesio y las vitaminas B, por mencionar algunas.

Creencias erróneas

Las personas suelen creer que si ingieren comidas azucaradas en grandes proporciones están llenas de energía y el nivel de glucosa (azúcar) en la sangre será normal.

Pero lo cierto, es que es justamente lo contrario. Cuando la dieta está fundamentalmente basada en carbohidratos de absorción rápida (dulces, pan blanco, cereales, pasta, arroz) y se dejan periodos largos entre comidas, el ingreso de glucosa en la sangre es muy rápido y elevado. Lo que hace que el páncreas reaccione (por esto se refiere a este tipo de respuesta como “hipoglucemia reactiva”), y produzca una gran cantidad de insulina. Por lo que en un corto periodo de tiempo, se reabsorbe la glucosa y los niveles caen estrepitosamente, seguido de una inundación de adrenalina. Aparece la hipoglucemia y el organismo se estresa y se siente falto de energía porque la fuente de energía en forma de glucosa está por debajo de los niveles normales, y demanda ingerir algún alimento calórico.

Pueden que no se noten los efectos de la desestabilización de los niveles de azúcar en la sangre, hasta la medianoche o hasta el siguiente día. Los síntomas empeoran durante la noche y a primera hora de la mañana. Esto no es de extrañar, ya que la glucosa llega a su pico más bajo justamente en esos momentos, normalmente cuando la persona lleva sin comer alrededor de 8 ó 10 horas, desde la última comida. 

Síntomas de ataque de pánico que se confunden con hipoglicemia

Muchas veces la ansiedad puede llegar a confundirse con la hipoglucemia, debido a que algunos de sus síntomas pueden llegar a ser parecidos. Aunque como leímos anteriormente, la hipoglucemia puede causar ansiedad; sin embargo, se trata de condiciones diferentes.

La sensación de ahogo, las palpitaciones, la sensación de desmayo, el mareo o la inestabilidad, los sofocos, la sudoración, la sensación de hormigueo o el entumecimiento en las extremidades, los temblores, las náuseas, el miedo intenso, la sensación de irrealidad, la confusión mental y el nerviosismo; son los síntomas típicos de un ataque de pánico. Sin embargo, también son los mismos síntomas que experimentan las personas que sufren de hipoglucemia reactiva.

Los ataques de pánico ocurren con mayor frecuencia en la noche y a primera hora de la mañana. Esto no es de extrañar, ya que la glucosa llega a su pico más bajo justamente en esos momentos, normalmente cuando la persona lleva sin comer alrededor de 8 ó 10 horas, desde la última comida. 

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Síntomas de hipoglucemia que se confunden con ansiedad

Algunos síntomas de la hipoglucemia que pueden confundirse con la ansiedad: palpitaciones, temblores, transpiración, palidez y piel fría, náuseas, visión de luces brillantes, pupilas dilatadas (un síntoma frecuente de respuesta ante el miedo), cambios de humor, exageración de problemas menores, actitud negativa.

Estos suelen confundirse con los manifestados en los ataques de pánico o de ansiedad. Sin embargo, se diferencia porque coincide con muy bajos niveles de azúcar en sangre; además, también se observan otros síntomas que no son típicos de una condición mental como: hambre, el arrastrar las palabras, ojos en blanco.

Diagnóstico clínico

El problema se presenta cuando el paciente llega a la consulta médica y expone los síntomas que se describieron anteriormente, sin ser diabético. En la mayoría de los casos no se recurre a un  análisis bioquímico de las concentraciones de azúcar, y así evitar un error en el diagnóstico. Por lo que se suelen diagnosticar a los pacientes con: crisis de ansiedad, o Trastornos de Ansiedad Generalizada. Y ante tal diagnóstico, el médico prescribe la ingestión de ansiolíticos y/o antidepresivos; y, en ocasiones, se recomienda acudir a un psiquiatra. En algunos otros casos, el médico confunde estos síntomas de hipoglucemia con el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad).

Si bien es cierto, que en algunos de los casos, el origen de los síntomas puede ser físico (es decir, que puede tratarse de síntomas de hipoglucemia; o puede tratarse de una causa psicológica); en ocasiones bien puede ocurrir que ambas causas (físicas y psicológicas) se estén retroalimentando.

Diagnóstico de laboratorios

Los exámenes médicos pueden incluir análisis de glucosa sanguínea y de tolerancia a la glucosa para descartar otros problemas.

   El test que suele llevarse a cabo para verificar una posible hipoglucemia reactiva es el Test de Tolerancia de la Glucosa (que suele hacerse en un periodo de 2 a 6 horas). Sin embargo, pocos médicos lo recomiendan.

   Este test de laboratorio, debe ser únicamente ser usado para confirmar el diagnóstico, y no para descartarlo.

   Es importante respetar las características individuales desde el punto de vista bioquímico de cada paciente; porque hay personas que durante el test pueden mostrar síntomas y malestar con tan sólo un reducción de 2 mg de glucosa dentro de los parámetros aceptados y, sin embargo, el test no indicará ningún desequilibrio.

     El punto más bajo del nivel de glucosa puede durar muy poco rato, y si las muestras de sangre no se toman muy regularmente la hipoglucemia reactiva puede pasar desapercibida.

   Si se lleva a cabo el test, es importante también tener en cuenta la dieta del paciente; los horarios de comida; la historia familiar de migrañas, presencia de alergias, de diabetes, de epilepsia, de depresión; así como, desequilibrios sufridos en el pasado como hepatitis, problemas de vesícula, náuseas durante el embarazo; y hasta deficiencias nutricionales.

Pasos a seguir para la recuperación

isitar al especialista (endocrinólogo, médico internista), es lo más recomendable antes de autodiagnosticarte o caer en suposiciones. Es conveniente practicar exámenes de sangre para medir las concentraciones de azúcar y de insulina en condiciones de ayuno y 2 horas después de comer (post pandrial), para luego calcular un índice HOMA. Esto es para estar seguros de que no se sufre de hipoglucemia.

Cuando se haya confirmado que se sufre de hipoglucemia no diabética, es más seguro ingerir algún alimento dulce cuando se comience a sentir mareo. 

Si por el contrario; después de consultar al especialista, el mismo descarta que tiene algún problema de hipoglucemia; entonces, es posible concluir que el problema es más bien de ansiedad. Los estados ansiosos suelen ocurrir normalmente en todas las personas en casos puntuales, pero si se transforma en una condición crónica y los síntomas son cada vez más frecuentes, es conveniente acudir al especialista para que ayude a solventar esta situación. 

Para abordar y combatir un poco la ansiedad, probablemente el especialista, recete algún tipo de medicación; sin embargo, existen otras alternativas relacionadas con los cambios de estilo de vida, como cambios en la alimentación y ejercicios que son necesarios para bajar un poco los niveles de ansiedad. Así como también, la práctica de meditación, yoga y ejercicios que lleven a concentrar la mente en otras cosas diferentes a la rutina normal, que pudiera estar causando un alto grado de estrés.

Cambios en el estilo de vida

Alimentación

Una dieta equilibrada es fundamental para prevenir, controlar y combatir la hipoglucemia reactiva. Para ello es importante la consulta con un nutricionista. Quien recomendará una dieta baja en carbohidratos de rápida absorción y refinados, consumo moderado de grasas; y rico en proteínas (carnes, lácteos, huevo, y proteínas vegetales). La proteína provoca la producción de la hormona glucagón, la cual contrarresta la descarga de insulina, y previene descenso brusco de la glucosa. Consumo de frutas y vegetales.

– Hacer  de cinco a seis comidas al día, dejando tres horas entre ellas. Las comidas más fuertes han de ser el desayuno y el almuerzo. Las tres comidas principales más un “snack” a media mañana y otro a media tarde. 

– Es importante no saltarse las horas de las comidas.

– Se debe evitar el consumo de azúcar y alimentos que contengan azúcar (especialmente con el estómago vacío). Una alternativa muy saludable es sustituir el azúcar por la estevia, o algún otro edulcorante natural sin calorías.

– Evitar el consumo de pan blanco, y sustituir por panes derivados de otro tipo de cereales como  el pan de centeno. 

– Evitar la ingestión de alcohol, el fumar, el café por su contenido en cafeína, los tes y las bebidas gaseosas.

– Las frutas preferiblemente en trozos, más que en jugos. Sin añadir azúcares. Evitar los jugos envasados. 

Ejercicio

El ejercicio es fundamental para nuestra salud. Sin embargo, el exceso de ejercicio puede disminuir el nivel de glucosa. Así pues, se recomienda seguir una rutina de ejercicio suave. Se sabe que éste ayuda a mantener unos niveles óptimos hormonales, además de ayudar a que la glucosa entre mejor en las células aumentando la energía, sin requerir insulina. Buenas opciones de ejercicio son: caminar, nadar, ir en bicicleta. La frecuencia de ejercicios puede ser diaria con sesiones de media hora de duración. 

Psicoterapia

Como se comentó anteriormente, si se ha determinado que el problema no es sólo debido a factores fisiológicos, sino también  psicológicos; debido a una personalidad ansiosa, situaciones de estrés crónico, crisis sin resolver, trastornos de ansiedad, o duelo. Definitivamente, las sesiones de psicoterapia son necesarias para ayudar a solventar el problema metabólico.  

Suplementos vitamínicos y minerales.   

De ser necesario, si la dieta no aporta los suplementos vitamínicos y minerales suficientes, es recomendable indicar algunos suplementos vitamínicos. Suplementos vitamínicos y minerales recomendados: Zinc (se encarga de la producción, almacenamiento y descarga de insulina), Cromo (es denominado Factor de tolerancia de la glucosa, trabaja en conjunto con la insulina para regular los niveles de glucosa), magnesio (trabaja con la insulina en la regulación de la glucosa), potasio (este mineral se pierde por la orina durante la hipoglicemia por lo cual debe suplementarse), vitamina B6 (necesario para el metabolismo de carbohidratos, además de equilibrar las glándulas suprarrenales, el páncreas e hígado), vitamina E (favorece la entrada de glucosa a los músculos), vitamina C (fundamental para normalizar la producción de insulina).

Noticia alentadora para el paciente

La identificación de los síntomas y el tratamiento de la hipoglucemia ha cambiado la vida de muchas personas; porque los ataques de pánico han desaparecido por completo. Además, han dejado de estar cansados, han recuperado la concentración y esa necesidad imperiosa de comer dulces, pan y/o alcohol ha desaparecido.

Conclusión

El presente artículo deja un poco más claro que no todos los casos de ansiedad y ataques de pánico son debidos a desequilibrios emocionales. Y que en algunos casos, el problema puede radicar en un desequilibrio de la glucosa. Muchos casos de ataques de pánico han sido exitosamente resueltos de forma sencilla; simplemente, equilibrando los niveles de glucosa de la sangre con una buena alimentación, nutrientes y ejercicio.

Bibliografía

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